Se le dio este nombre en 1819 en honor al mineralogista sueco M. A. Ludwig Hedenberg, que fue el primero en analizarlo y describirlo.
También es posible encontrar ejemplares fibrosos, aciculares, columnares y radiados.
Suele tratarse de cristales prismáticos translúcidos u opacos, cuyo color que varía desde el negro hasta el verde oscuro, pero que pueden tomar tintes grisáceos o de color marrón.
Los yacimientos se localizan en regiones muy diversas de la corteza terrestre, aunque siempre asociados a lugares en los que han tenido lugar procesos metamórficos.
Los mejores ejemplares fibrosos y radiales proceden de los yacimientos italianos.