Fue el primer avión del mundo propulsado únicamente por un motor cohete de propelente líquido.Su trabajo se llevó a cabo en el Sonderentwicklung I, un departamento separado del edificio principal de Heinkel en Rostock-Marienehe.Dado que el piloto accedía al aparato a través de una escotilla superior, y para facilitar su escape en caso de emergencia, toda la sección frontal podía desprenderse del resto del avión mediante cargas explosivas, liberando al piloto, que podía entonces lanzarse libremente en paracaídas.[2] Al día siguiente tuvo lugar otro vuelo ante altos cargos del Reichsluftfahrtministerium (Ministerio del Aire), como Erhard Milch (que ascendió a Warsitz a Flugkapitän tras el vuelo)[3] y Ernst Udet.Este último no quedó muy impresionado y prohibió más vuelos debido a los riesgos.