Haurietis Aquas
En la propia introducción el papa expone una síntesis de toda la encíclica, ponderando la excelencia del culto al Sagrado Corazón.A su vez estos puntos se agrupan en 6 partes, cuyos títulos muestran el hilo del discurso.Expone con precisión el motivo del culto de latría que se tributa al Sagrado Corazón, Aunque en la Sagrada Escritura no hay ninguna referencia explícita al culto al Sagrado Corazón, en el Antiguo Testamento queda constancia del amor de Dios al género humano, expresado -tal como recoge la encíclica- con imágenes llenas de ternura, así se lee en el profeta Oseas "Cuando Israel era niño, yo le amé; y de Egipto llamé a mi hijo...Yo enseñé a andar a Efraín, los tomé en mis brazos" (Os 11, 5-6) y en el Cantar de los Cantares, "Ponme como sello sobre tu corazón, como sello sobre tu brazo, pues fuerte como la muerte es el amor, duros como el infierno los celos; sus ardores son ardores de fuego y llamas" (Cant 8, 6).Los autores sagrados y los Padres de la Iglesia "prueban que Jesucristo estuvo sujeto a los sentimientos y efectos humanos y que por eso precisamente tomó la naturaleza humana para procurarnos la eterna salvación" (n. 14), sin embargo no refieren expresamente estos afectos a su corazón físicamente considerado.El papa dedica esta parte de su encíclica a repasar la historia del culto del Sagrado Corazón pues, aunque está persuadido de que el Corazón de Jesús siempre ha estado presente en la piedad cristiana, comprueba que en los últimos siglos esa presencia se ha acrecentado.Desde los primeros documentos oficiales relativos a este culto la Iglesia tiene la persuasión de que V.