[1] La artista emprendería una serie de viajes junto a su hermana por distintas ciudades que le darían los nuevos conocimientos y el aprendizaje.
Su interés por formarse como artista profesional se inició en su estancia en París (1867-9) donde fue alumna de Christen Brun.
Con su obra Lille Rødhette (1872) se convierte en la alumna más talentosa de Bergslien.
En dicho entorno conoce a artistas como Peterssen, Werenskiold, Munthe y no menos importante Kitty Lange Kielland, con quien vivió gran parte de su vida.
Más tarde, varios pintores entre ellos los ya nombrados, formarían la famosa Colonia de botellas en 1886.
En Múnich Backer aprendió a dominar la perspectiva central, que cobrará una gran importancia en su posterior pintura de interior.
[2] Backer comenzó a experimentar con el naturalismo durante la década que pasó en París (1878-88), donde se asoció con la gran colonia de expatriados nórdicos.
Dentro del grupo había muchas mujeres artistas, y formaron fuertes lazos de amistad.
[1] En su estancia en París estuvo acompañada de Kitty Lange Kielland la mayor parte del tiempo.
Harriet Backer pertenecía de la generación del Nacionalismo Romántico Noruego principalmente representado por artistas e intelectuales.
[1] En la obra la mujer se sienta soñadoramente frente a la ventad donde la luz entra en escena.
[2] Posteriormente prestará más atención al efecto de la luz y por lo tanto el color del interior.
El uso de la luz y el fresco del interior fue percibido por los contemporáneos como algo nuevo.
Su obra Interior Azul se exhibe por primera vez en la Exposición de Otoño en Christiania 1883, en la cual asistiría regularmente hasta 1910.
En 1885 las dos se quedaron en Risør, y en 1886 en la granja Fleskum en Bærum con sus amigos de Múnich.
Entre sus estudiantes encontramos artistas como Nikolai Astrup, Halfdan Egedius, Harald Sohlberg, Henrik Lund, Helga Ring Reusch, Astri Welhaven y Cora Sandel.
[2][3] Sus últimos trabajos (1910-1924) se caracterizan por una nueva simplicidad y un tratamiento del color más libre influenciado por París, aunque siempre tuvo presenta una representación por la imagen natural.
Siempre trabajando a pequeña escala, sus temas reservados reflejaban las modestas ambiciones consideradas apropiadas para las mujeres artistas en la sociedad noruega conservadora.