Haplología
En español actual, un ejemplo de haplología es la reducción del verbo necesitar a nesitar en toda su conjugación y en todos los dialectos donde se produce el seseo, o la simplificación del español vulgar un analis, en vez de un análisis.La haplología ha constituido además un recurso frecuente de evolución de la lengua, como en la simplificación del latín impudicitia al castellano impudicia, o del griego εἰδωλολάτρης al latín idolatra y español idólatra.También se ha utilizado en la acuñación de palabras nuevas a partir de raíces latinas o griegas: la palabra fosfato proviene del griego phōsphóros φωσφόρος, 'portador de luz' y el sufijo -ato ‘compuesto químico’, que debería haber resultado en fosforato, pero dio lugar a fosfato.Uno de estos adverbios ha registrado una doble haplología en la lengua hablada: probable + -ly > *probablely > probably > *probly.El proceso existe también en vasco, en palabras compuestas: mendebal (viento del oeste) + alde (zona) > mendebalde (oeste); sagar (manzana) + ardo (vino) > sagardo (sidra); garagar (cebada) + ardo > garagardo (cerveza).