Hallazgos médicos en el Renacimiento

La opinión generalizada era que la pólvora envenenaba la herida y para tratarla se utilizaba aceite de saúco.

Aunque la ligadura de vasos ya era conocida, ésta no se aplicaba a las amputaciones.

Los muñones se cauterizaban con hierro al rojo vivo, técnica que resultaba poco efectiva.

No sin muchos impedimentos consiguió Paré salvar al duque, el cual a partir de entonces llevó el sobrenombre del "acuchillado" por la tremenda cicatriz que le quedó en la cara.

Tuvo también un papel destacado en el desarrollo de la obstetricia, mostrando que era posible dar la vuelta al niño antes del parto cuando se presentaban complicaciones debidas a su posición (versión interna cuando el feto viene de nalgas).