Como en la ciudad las informaciones circulaban rápidamente de boca a boca, lo que esencialmente importaba de esa prensa eran las interpretaciones que se hacían de ellas en sus notas editoriales que el público leía “reforzar y estilizar sus propias posiciones mediante la cuidada retórica empleada por los redactores.
Ejemplos de tales polémicas memorables fueron las que involucraron en 1854 a Nicolás Calvo, editor del periódico federal La Reforma Pacífica, con Juan Carlos Gómez en La Tribuna, en 1854, y con Domingo F. Sarmiento, en 1856.
[2] Luego de un viaje al Paraguay, publicó su libro Elisa Lynch y retornó a Europa; en marzo de 1872 publicó en París El Americano, escrito mitad en francés y mitad en castellano.
[2] Entre 1881 y 1884 Varela colaboró en forma habitual en la revista La América con artículos sobre la política y los hombres de América que en varios casos eran reproducidos por otros órganos de prensa.
[2] Varela, que era enviado extraordinario y ministro plenipotenciario de Venezuela en España fue designado en 1882 como cónsul general en España por el gobierno del Paraguay y para cargo similar por el de Argentina.