Es muy admirada por sus temas inspirados por la música folk, uno de los más famosos es el "Abendsegen" ("Bendición vespertina") del Acto II.
La idea de la ópera fue propuesta a Humperdinck por su hermana, que ya anteriormente le había pedido escribir música para canciones que ella había escrito para sus hijos en Navidad, basándose en el cuento.
[10] Suele asociarse con la Navidad desde sus primeras presentaciones, y es habitualmente programada en estas fechas.
Hansel la imita, cantando en el mismo tono una canción sobre lo hambriento que está.
Hansel se queja diciendo que las palabras no son comida, y Gretel lo anima contándole un secreto: ¡un vecino le ha dado a su madre un jarro de leche y esa noche ella les hará un postre de arroz!.
Entra Gertrude, la madre, y se enfurece al descubrir que los niños no han trabajado.
Al amenazar con castigarlos con un palo, sin querer golpea el jarro de leche y lo rompe.
Desde lejos, el padre, Peter, canta lo hambriento que se encuentra e irrumpe en la casa vociferando y ebrio.
Cuando su esposa lo aleja recriminándole por haber bebido, él la sorprende sacando de su bolso todo un gran banquete: panceta, manteca, harina, salchichas, catorce huevos, alubias, cebollas y café.
Él le explica que más allá del bosque, pronto se realizará un festival, y como todos están limpiando para prepararlo, él ha logrado vender todas sus escobas a buen precio.
Repentinamente asustado, Peter le cuenta que allí es donde mora la malvada Bruja del Pan de Jengibre, la bruja del mordisco, que engaña a los chicos con tortas y dulces, los empuja en su horno, y los convierte en pan de jengibre para luego comérselos.
En el bosque al atardecerHumperdinck escribió música para conectar los actos I y II, pero con frecuencia se presentan juntos, sin intermedio.
Hansel trata de confortar a Gretel, pero cuando un hombrecito sale del bosque, ella grita asustada.
Catorce ángeles salen y se colocan alrededor de los niños para protegerlos mientras duermen.
Los rocía con sus gotitas, cantando lo hermoso que es estar vivo en la mañana circundado con la belleza del bosque, y deja a los niños desperezándose.
Cuando Hansel parte otro trozo de la casa, vuelve a oírse: "¡Muerde, muerde, pequeño ratón!
Luego entra en la casa para traer las pasas y almendras con las que engordará a Hansel.
Mientras la bruja intenta alimentar a Hansel, Gretel le roba la varita de su bolsillo.
Hansel, en voz baja, le dice a su hermana que tenga cuidado.
La Bruja le dice que se levante un poco y doble su cabeza hacia adelante.
La Bruja, enojada, abre el horno y se inclina hacia delante.
Hansel escapa de la jaula y junto con Gretel, empujan a la bruja al horno.
Hansel tiene miedo, pero Gretel roza ligeramente a uno en la mejilla, y despierta, pero no puede moverse aún.