Es ahí en donde emigró al Deportes Concepción de Chile, en donde estuvo todo el año 1992, allí fue donde ganó experiencia como guardameta internacional.
Luego, en 1993 regresó al Club Atlético Cerro, ya que había culminado su contrato con el Deportes Concepción, el club chileno se deshizo de sus servicios, y retomando la falta de guardameta en esa época del cuadro uruguayo, decidió volver a contratar a Roverano.
En 1994 Roverano cambió de club, mudándose al Club Atlético Bella Vista de su mismo país, ese fue un año importante para él, pues es ahí donde empezaría una nueva vida.
En 1996 regresó a Uruguay, en donde el Central Español Fútbol Club se hizo de sus servicios.
Por ello Roverano se nacionalizó, para que los 4 extranjeros pudiesen jugar en un solo partido sin ningún problema.