El sifón es normalmente tan largo como el cuerpo de la larva (20 milímetros cuándo está maduro), pero puede extenderse hasta 150 mm.
[2] Estas larvas, comúnmente llamadas "mousies", son cultivadas y vendidas como cebo para peces.
Los síntomas pueden variar desde ninguno (asintomático) hasta dolores abdominales, náusea y vómito o prurito anal.
El entomólogo alemán Fritz Zumpt propuso una alternativa llamada "miasis rectal".
Pueden sobrevivir alimentándose de las heces del lugar, siempre y cuando su tubo respiratorio llegue al ano.