La compañía japonesa acepta el trato y a su llegada a América son recibidos con fanfarrias por todo el pueblo, y para entonces toman ventaja de la situación para instaurar muchos cambios en cuanto a la operación, entonces a los trabajadores no se les permite formar un sindicato, deben ganar sueldos bajos, y todo eso moviéndose alrededor de la fábrica para que así cada trabajador aprenda cada trabajo y después de ello dándose cuenta de que a causa de la situación entre los nuevos jefes nipones es casi imposible tener estándares de eficiencia y calidad así como una rigidez en la relación entre empleados de la compañía, los americanos encuentran divertido que todos los días el grupo japonés de trabajadores y ejecutivos hagan ejercicios calistecnicos matutinos, tomen su almuerzo con palillos y se bañen juntos en el río junto a la fábrica, mientras los trabajadores muestran una pobre ética laboral y una actitud reticente hacia el control de calidad.
Bajo la presión de la camarilla Hunt les miente y dice que si llegan a 13.000 unidades obtendrían un aumento proporcional.
Al amanecer encuentran a un Kazuhiro descontrolado y un tanto deprimido, el cual en realidad no quería suicidarse si no controlarse después de un conato similar que tuvo con el jefe japonés al intentar pedir un permiso para que su compañero pudiera salir temprano a causa del nacimiento de su bebé.
Entonces ambos deciden que para salvar a la empresa, la fábrica y sobre todo al pueblo, deben recuperar la lealtad hacia sus superiores, así que ante los ojos de los huelguistas atónitos comienzan a ensamblar por ellos mismos las unidades faltantes.
Mientras los créditos pasan, los trabajadores y la gerencia se han comprometido a mejorar la relación laboral entre ambas partes, flexibilizar un poco las expectativas y pagarles mejor a los empleados, Mientras que los trabajadores acuerdan ser más cooperativos y comprometidos en todo lo relacionado con la empresa como lo es participar en los ejercicios calistecnicos matutinos, algo que aceptan con total alegría.
Gung Ho recibió críticas mixtas a negativas y un 35% en Rotten Tomatoes[3] Los ejecutivos de Toyota en Japón usaron Gung Ho como ejemplo de cómo no tratar a los trabajadores americanos, algo que se tradujo en una mejora en las relaciones laborales entre todas las compañías japonesas instaladas en territorio norteamericano.