Cuando su tío Ricimero se enfrentó con su suegro, el emperador Antemio, Gundebaldo fue llamado a Italia con sus tropas para apoyar al general rebelde.
Antemio mismo fue capturado y decapitado en la Basílica de San Pedro en el Vaticano o en Santa María en Trastevere, donde había buscado refugio.
El emperador León I designó a Julio Nepote y Gundebaldo partió para Burgundia para ocuparse de la herencia al trono.
[5] Gundebaldo rompería el acuerdo con Clodoveo y sitiaría a su hermano Godegisilo en la ciudad de Vienne.
Un indignado artesano, buscando venganza, se dirigió a Gundebaldo, que con su ayuda irrumpió en la ciudad por un acueducto.
Gundebaldo, ya como único rey de los burgundios, hizo la paz con los francos, se convirtió al catolicismo y murió pacíficamente.
También tuvo otro hijo: Gundemaro III, que sucedería a su hermano después de su muerte en el 524.
Sin embargo, ninguno como la Ley Gombette muestra mejor la fusión del derecho romano con el germánico.