Ese año Buenos Aires se convirtió en una de las jurisdicciones municipales más extensas del mundo, apenas superada por el «Greater London».
Mientas tanto, el territorio del futuro Gran Buenos Aires contaba con menos de 120.000 habitantes.
En efecto, los 1.200.000 habitantes que registraba el Censo Municipal de 1909 ocupaban aún, apenas el 60% del territorio.
Sin embargo, los funcionarios municipales, se vieron ante la necesidad de controlar y contener la expansión urbana.
Los “bulevares de circunvalación” siempre se asociaban a anillos ubicados en la tierra extraurbana libre donde serían radicados los establecimientos “insalubres”, necesarios para la ciudad moderna.
Las nuevas tierras estaban mayormente despobladas, sin infraestructura, ni trazados o planos públicos de mensura.