Aunque las guerras fueron varias, seguían usualmente el mismo plan táctico: una gran ofensiva persa llegaba a ocupar las provincias romanas de Siria y Armenia; luego venía el contraataque romano con fuerzas de refuerzo que recuperaban las provincias y ocupaban la Mesopotamia.
El asesinato de Julio César ocurrido cuatro años antes motivó que sus más leales seguidores, Octavio y Marco Antonio se decidieran a perseguir a los asesinos (junto con otro cesariano, Marco Emilio Lépido, con quien se formó el Segundo Triunvirato).
En el año 39 a. C., Marco Antonio envió un ejército al mando de Publio Ventidio, quien recuperó Anatolia, venciendo en las Puertas Cilicias y Monte Amano.
Marchó a Armenia, pero cuando abandonó ese país lo dejó desguarnecido, por lo que el rey se rebeló, cortando sus suministros.
En el 55 d C., los partos al mando del general Vardane ocuparon Armenia e impusieron a su aliado.
Para el año siguiente Adiabene, un reino menor vasallo de los armenios estaba bajo poder parto; entonces Nerón mandó al cónsul Lucio Junio Cesenio Peto.
Uno, que dirigía personalmente, llegó al menos hasta Nisibis, al marchar por la orilla izquierda del Tigris, usando botes remolcados desde la orilla para transportar sus pertrechos e invadió Adiabene y la parte occidental de Atropatene, mientras que la otra columna siguió el valle del Éufrates e invadió la baja Mesopotamia.
Además, a su regreso del Golfo Pérsico Dion Casio dice que Trajano se habría detenido en Babilonia para visitar la casa donde falleció Alejandro Magno y ofrecer un sacrificio.
Asegurar esta ruta, asimismo, permitía extender la hegemonía romana en la zona aledaña al Mediterráneo, controlando el comercio y evitando el avance de los pueblos situados más al este, como el Imperio parto, que periódicamente se lanzaba sobre las precarias posiciones romanas al norte de la Mesopotamia, produciendo rápidos avances que en los posteriores contraataques romanos hacían pendular constantemente las posesiones entre una y otra parte.
Todo el año 162 los romanos al mando del coemperador Lucio Vero y varios generales como Gayo Avidio Casio, Publio Marcio Vero, Marco Claudio Frontón y Marco Estacio Prisco Licinio Italico formaron en Anatolia un ejército de dieciséis legiones, doscientos mil hombres.
Al año siguiente, los romanos de Prisco atacaron Armenia y tomaron su capital, Artaxata.
El ejército romano contaba con entre nueve y once legiones, ciento cincuenta mil hombres en total.
Tras una nueva ofensiva persa y una nueva campaña contra sus rivales en el oeste, Severo volvió a Oriente en 197 con una flota, recorrió el Éufrates, tomó Dura Europos, Seleucia, Babilonia y Ctesifonte (a cien mil de sus habitantes los esclavizó).
En 198 llegó al Tigris y sitió Hatra sin éxito; tras esto se retiró, conservando Mesopotamia.
Después de su asesinato, su sucesor Macrino libró una batalla sin claro vencedor contra los partos en Nisibis.