Guerra anglo-egipcia

El 11 de junio se produjo un motín anticristiano en Alejandría que mató a cincuenta europeos.

[3]​ En un primer momento, el primer ministro inglés William Gladstone tenía la intención de juzgar a Urabi y hacerle ejecutar, describiéndolo como «un tirano egoísta, que como opresor del pueblo egipcio todavía tuvo tiempo, en su capacidad de Saladino de los últimos tiempos, de masacrar a cristianos.» Tras leer sus diarios, que se habían capturado, y otras numerosas evidencias, sin embargo, se hizo muy difícil «demonizar» a Urabi en un juicio público.

Así, sus cargos fueron rebajados, permitiendo que Urabi aceptara el de rebelión y fuera enviado al exilio.

[4]​ Las tropas británicas ocuparon Egipto desde 1882 hasta el Tratado Anglo-Egipcio de 1936, en los que acabaron otorgando paulatinamente el control al gobierno egipcio.

Hopkins opina que los británicos mantuvieron su ocupación de Egipto, después de 1882, para garantizar las inversiones británicas en el país: «Reino Unido tenía intereses muy importantes en defender en Egipto, y estaba preparado para retirarse sólo si se daban condiciones que garantizaran la seguridad de aquellos intereses, condiciones que no se dieron».

Ahmed Orabi rebelándose contra el control extranjero en su país.
Batalla de Tel-el-Kebir, 1882.
Tropas del Imperio británico desembarcando en Alejandría el 12 de agosto de 1882.
Fotografía de un tren blindado utilizado por los británicos en operaciones alrededor de Alejandría durante la guerra anglo-egipcia de 1882.