En 1912, Brusílov dirigió una expedición marítima que tenía como objetivo explorar y trazar una ruta desde el océano Atlántico hasta el Pacífico a través de un pasaje noreste, también llamada la Ruta del Mar del Norte.
Su expedición desapareció casi sin dejar rastro, y pese a las búsquedas su destino final fue desconocido hasta 2010.
Brusilov invernó con la esperanza de ver su barco liberado en el deshielo del año siguiente.
Siguió a la deriva en el hielo, más al norte, dejando el mar de Kara y entrando en el océano Ártico.
Sus esfuerzos no tuvieron éxito y la suerte de la expedición Brusílov fue desconocida hasta 2010.