Su población estaba distribuida en caseríos a orillas de los caños y ríos, distanciados por pocos kilómetros entre sí.
Los grandes centros tenían hasta cien casas o bohíos habitados por gran número de indígenas; también vivían en pequeños grupos ocupando de tres a doce habitaciones; construían su vivienda con bahareque y techos pajizos con dos puertas, una frente a la otra.
El templo era una habitación mucho más amplia cuyos frentes tenían dos puertas que coincidían con la orientación del sol, a quien ofrecían sacrificios.
Además participaba en las batallas , recibía parte de la dote que se pagaba por las futuras esposas y presidía las ceremonias relacionadas con lo sobrenatural.
Comerciaban en ciertas épocas del año y tenían algunas zonas comerciales a los cuales se desplazaban para vender o trocar productos.
Los guayupes celebraban acontecimientos sociales como el nacimiento, la iniciación a la vida adulta, la selección de la novia y la muerte.
El dios proveedor de alimentos era Ina Nagui, al cual honrábasele con grandes borracheras.
Además, según decían los guayupes, tenía el poder de transformarse en tigre, oso y otros animales.
Los indígenas no tenían defensas para las enfermedades europeas y este factor los redujo ostensiblemente, sumado, claro está, a su peculiar ceremonia de nacimiento.
Los misioneros jesuitas fueron los primeros europeos que entraron en contacto con los indígenas sin mediación de las armas.