En esta gruta, en 1984 el Grupo Espelelógico Paranaense descubrió pinturas rupestres, que fueron visitadas y estudiadas en 1986 por el arqueólogo Mario Consens.
[1] Entre 1991 y 1992 la arqueóloga Anna Roosevelt dirigió la excavación del sitio, en el cual diferenció 20 estratos, los cuales fueron datados mediante 56 pruebas de radiocarbono y 13 de termoluminiscencia.
[2] En los estratos 17 y 16 se registraron los rastros de ocupación humana más antiguos, entre ellos 24 instrumentos de piedra, fabricados con cuarzo y calcedonia, por ejemplo 4 puntas triangulares bifaciales talladas.
Una semilla de Astrocaryum vulgare encontrada en el estrato 17 fue datada en 11.310 años antes del presente.
Allí los investigadores encontraron la cerámica más antigua hallada hasta ese momento en las Américas.