Los grupos externos proporcionan información acerca de los estados plesiomorfos (ancestrales) de los caracteres, puesto que los estados apomorfos (derivados) no deberían aparecer en grupos externos.
La conclusión evolutiva de estas relaciones es que las especies del grupo externo tienen un antepasado común con el grupo interno, tal antepasado es más antiguo que el antepasado común de todos los miembros del grupo interno.
[2] Por lo tanto, los filogenetistas generalmente usan más de un grupo externo en los análisis cladísticos.
El uso de grupos múltiples es preferible porque proporciona una filogenia más robusta, contrarrestando selecciones mediocres de candidatos de grupos externos y poniendo a prueba la hipotética monofilia del grupo interno.
[3][4][5] Para elegir un grupo externo, un taxón debe satisfacer las siguientes características: En cada ejemplo, en una filogenia de los organismos del grupo interno, sus raíces tienen los mismos caracteres de uno o más miembros del grupo externo.