Sin embargo, logró salvar la vida del rey y se convirtió en su amigo íntimo.
Entonces, eliminando al mayordomo de palacio, Otto, se hizo con el cargo que su padre había ocupado.
Grimoaldo, mirando por su propia dinastía secuestró al niño, con tan sólo cinco años de edad.
Desaparecido el legítimo heredero, Grimoaldo no tuvo ningún problema para, tras la muerte de Sigeberto III (probablemente en 651), poner a su hijo en el trono.
El Liber Historiae Francorum dice que Clodoveo II le habría capturado y ejecutado en 657.