Gregorio de Silva y Mendoza

En 1679 fue enviado a París, junto a sus hermanos Gaspar y José, para llevar a la nueva reina, María Luisa de Orleans, el regalo de bodas, que consistía en un retrato de Carlos II pintado por Carreño, rodeado de diamantes.

[3]​ El duque partió de Madrid el 30 de julio haciendo su entrada oficial en la corte francesa el 14 de septiembre llevando el regalo con gran ostentación.

Una descripción de la época comenta al respecto: Al día siguiente tuvo lugar la entrega del presente a María Luisa y con tal motivo se organizaron saraos, banquetes y otros festejos.

Fue un gran aficionado a la pintura protegiendo al pintor Juan Carreño de Miranda quien le inmortalizó en el famoso retrato del Museo del Prado (h.

De este matrimonio nacieron: