Nació en 1512 en Burgos, siendo hijo de Diego López Gallo, noble oriundo de Escalada y regidor de Burgos.
Comenzó sus estudios en su ciudad natal, donde cursó gramática latina, y se trasladó después a la Universidad de Salamanca, estudiando dialéctica, filosofía y teología, hasta obtener una cátedra de escritura.
En 1553, siendo maestrescuela de la universidad y catedral de Salamanca, asistió a la junta convocada en Valladolid por Carlos I de España, quien en 1557 lo envió a Alemania como embajador; finalmente acudió al Concilio de Trento y fue confesor de la reina Isabel de Valois, tercera esposa de Felipe II de España.
Allí se mantuvo hasta que fue elegido obispo de Segovia, a cuya ciudad llegó el 22 de diciembre de 1577, ocupando un breve periodo esta nueva dignidad, pues enfermó y falleció en Segovia el 25 de septiembre de 1579.
Fue enterrado en la capilla del Cristo de la catedral de Segovia, y posteriormente trasladado al convento de San Pablo de Burgos, donde fue sepultado en la capilla de San Gregorio, fundada en 1508 por su padre.