Por este motivo tenía menos poder explosivo y una mayor demora que una granada de mano.
Para corregir estos problemas, el Buró Técnico del Ejército desarrolló un nuevo diseño en 1937.
Un golpe fuerte contra una superficie dura, como una roca o un casco, harían ceder un muelle y aplastaría una delgada cubierta de latón, permitiendo al percutor golpear el fulminante e iniciar la secuencia de pre-encendido antes de lanzarla contra el blanco.
[3] Físicamente, la Tipo 97 era casi indistinguible de la Tipo 91, excepto por la falta de un sóquet roscado en su base para acoplar un contenedor auxiliar con carga propulsora.
[4] La Tipo 97 fue suministrada como equipo estándar a los soldados japoneses en la segunda guerra sino-japonesa y durante las diversas campañas de la Segunda Guerra Mundial.