Con una superficie agregada en ambas orillas de 408 000 m² (equivalente a siete veces el histórico Parque O’Donnell) es el mayor parque urbano de la ciudad en extensión.
Un ramal ajardinado serpentea entre las urbanizaciones para salir en la inmediaciones del Centro de Salud.
El arroyo, al ser corto y poco caudaloso no tiene vida fluvial a pesar de su régimen regular, pero alberga en su curso de forma natural una frondosa vegetación en forma de espadañas, carrizos, sauces, tarays, cañas, y arbustos que en general se han logrado conservar.
La masa arbórea en origen estuvo constituida por 35 613 arbustos y 4 409 árboles,[2] entre los que se encontraban arces, ailantos, cipreses, cotoneaster, espinos, genistas, nogales, gleditsias, laureles, lavandas, moreras, madroños, pinos, pitos poros, plátanos, acacias, retamas, robinias, romeros, tomillos, tamarindos, durillos, tilos, piracanthas y bulbos de temporada[3]a los que se incorporaron posteriormente almeces, moreras, pinos, encinas, fresnos, abedules, acacias, chopos, álamos blancos, etc. Es curiosa la ausencia de plantaciones de "espartales" (Stipa tenacissima), que da nombre al parque y al barrio que lo acoge.
No queda tan lejos cuando el lugar era más salvaje[19] y no era raro cruzarse en él con avutardas, jabalíes, zorros, y vislumbrar incluso una familia de corzos, pero el parque alberga todavía una buena cantidad de especies animales[20]como conejos, liebres (en gran número, si no plaga), erizos, lagartijas, lagarto ocelado, culebra de escalera, aves como la abubilla, el pájaro moscón, el carpintero pito real, cernícalo, ánade real, perdiz, petirrojo, verderón, verdecillos, mirlo, ruiseñor, golondrina, estornino, gorrión, lavandera blanca, jilgueros, urracas, colirrojos, carboneros y rapaces como el milano real, halcón peregrino, águila culebrera, águila perdicera, la calzada, ratonera, o la lagunera, viéndose a veces sobrevolar incluso el buitre leonado, especie protegida que se desplaza desde la adyacente zona Zepa ES0000139 de los ríos Jarama y Henares.
Se intenta asentar en ella el Camino de Santiago Complutense, obra que queda inconclusa[25][26] dando forma a lo que hoy es el carril bici del parque.
[29] El proyecto definitivo se hace público en 2014,[30][31] financiado por el Consorcio Urbanístico Espartales Norte,[32] como gran masa forestal que debía dar continuidad al "Pasillo Verde del Camarmilla", un parque natural reforestado que pretendía paliar la secular falta de espacios verdes en la localidad recuperando la anterior ribera del arroyo antes de su entrada a Alcalá, aunque a juicio de algunas organizaciones ecologistas vecinales,[33] sin respetar la natural configuración de las riberas y contribuyendo a la alteración del entorno.
Estas cuestiones pueden entroncan con el carácter naturalizado del que se ha pretendido dotar al espacio, pero ello no concuerda con el escaso respeto hacia las riberas y sus proximidades, que sufren de falta de limpieza y a veces exceso de desbroce.