Se trata de un edificio de estudiada arquitectura y riqueza decorativa, destacando en su interior los juegos de luces generados por las coloridas vidrieras.
[1] Presenta una arquitectura de estilo ecléctico que combina líneas clasicistas y neobarrocas.
Cuenta con dos plantas y con dos fachadas iguales a cada una de las calles, salvando el desnivel de la calle Maura con una tercera planta sótano que era empleada como salón de juegos; la esquina resalta mediante un chaflán.
[1] La construcción del edificio se realizó a comienzos del siglo XX.
De acuerdo con la historiadora María Dolores Lazo López, el autor del proyecto habría sido el arquitecto José María Pérez Carasa.