Fue hija del magnate asturiano Pedro Díaz de Valle y María Ordóñez.
Estas relaciones tuvieron lugar en 1132 cuando el rey estaba en la región sofocando una de las varias rebeliones del conde Gonzalo Peláez.
Su hija Urraca, ya viuda y de vuelta en Asturias, confirmó el documento fundacional que también contó con el consentimiento del rey.
[18] Posteriormente, aprovechando el patio central y otras estancias se construyó la fábrica de armas.
La lápida que estaba sobre su sepulcro en la iglesia del monasterio está ahora en el museo arqueológico de Asturias.