[1] GSM cuenta con más de 3000 millones de usuarios en 159 países distintos, siendo el estándar predominante en Europa, América del Sur, Asia y Oceanía, y con gran extensión en América del Norte.
En 1990 se finalizaron las especificaciones para el primer estándar GSM-900, al que siguió DCS-1800 un año más tarde.
De manera paralela, se cambió el nombre del grupo a Standard Mobile Group (SMG) y las siglas GSM a partir de este momento se usaron para el propio estándar.
[3] En los años siguientes, el GSM compitió con otros estándares digitales, pero se terminó imponiendo también en América Latina y Asia.
A cada operador en el mercado se le asigna cierto ancho de banda, en ciertas frecuencias delimitadas, que debe repartir para el envío y la recepción del tráfico a los distintos usuarios (que, por una parte, reciben la señal del otro extremo, y por otra envían su parte de la “conversación”).
Por tanto, no puede emplearse una sola antena para recibir la señal de todos los usuarios a la vez, ya que el ancho de banda no sería suficiente; y además, deben separarse los rangos en que emiten unos y otros usuarios para evitar interferencias entre sus envíos.
Por otra parte, las comunicaciones que se establezcan viajarán a través de distintos sistemas.
El área geográfica a la que proporciona cobertura una estación base se llama celda o célula (del inglés cell, motivo por el cual el sistema GSM pertenece a la familia de sistemas celulares).
Además, el terminal no se encuentra emitiendo durante el transcurso de toda la llamada.
Además, normalmente varias estaciones base al mismo tiempo pueden recibir la señal de un terminal y medir su potencia.
Por eso es habitual percibir cortes de la comunicación en zonas donde hay muchos usuarios al mismo tiempo.
Esto nos indica la segunda y tercera labor del BSC, que son controlar la potencia y la frecuencia a la que emiten tanto los terminales como las BTSs para evitar cortes con el menor gasto de batería posible.
En GSM se definen una serie de canales para establecer la comunicación, que agrupan la información a transmitir entre la estación base y el teléfono.
Notemos que, hasta el momento, solo teníamos una conexión entre el terminal, las estaciones base BS y su controlador BSC, y no se indicaba manera de establecer conexión entre terminales o entre usuarios de otras redes.
Cada BSC se conecta al NSS, y es este quien se encarga de tres asuntos: La central de conmutación móvil o MSC (mobile switching central) se encarga de iniciar, terminar y canalizar las llamadas a través del BSC y BS correspondientes al abonado llamado.
Esta información permanece almacenada en el VLR mientras el terminal de usuario está encendido y se refresca periódicamente para evitar fraudes (por ejemplo, si un usuario de prepago se queda sin saldo y su VLR no lo sabe, podría permitirle realizar llamadas).
Así, los distintos VLRs y HLRs de los diferentes operadores deben estar interconectados entre sí para que todo funcione.
Además, los MSC están conectados a otros sistemas que realizan diversas funciones.
Activación de envío u ocultación del número al realizar o recibir una llamada.
En Australia, América del Norte y Europa, muchos operadores móviles bloquean los terminales que venden.
En algunos países como Bangladés, Bélgica, Chile, Costa Rica, Cuba, Indonesia, Malasia, Hong Kong y Pakistán, se venden los teléfonos desbloqueados.
Sin embargo, en Bélgica, es ilegal que los operadores ofrezcan cualquier forma de subvención en el precio del teléfono.
Este servicio fue evolucionando para dar cabida a más usuarios con tecnologías como TMA-450 y posteriormente TMA-900, llegando hasta 900.000 en 1996.
Posteriormente, se concedieron licencias para una segunda operadora móvil llamada Airtel (actualmente Vodafone).
Con esta medida el Gobierno busca promover la competencia en el mercado de telefonía celular, en la cual el ganador será el usuario final y evitar el hurto y tráfico ilegal de móviles no solo en Colombia, si no a nivel Latinoamérica, según diálogos entre los distintos gobiernos.