Glíglico

El glíglico es una lengua creada por Julio Cortázar y presente en su novela Rayuela, cuyo capítulo 68, que evoca una escena erótica, está completamente escrito en esta.

Se trata de un lenguaje musical, creado por medio de jitanjáforas, que se interpreta como un juego, además de ser un cabalístico, compartido por los enamorados, que los aísla del resto del mundo.

Aunque a primera vista parece carecer de sentido, una lectura más detallada permite ver que en realidad es bastante comprensible.

El glíglico tiene la misma sintaxis y morfología que el español, usando palabras de uso habitual con otras inventadas pero reconocibles como sustantivos o verbos, y puntuando correctamente las frases.

Hay posibles antecedentes entre los poetas de la vanguardia hispanoamericana, como Vicente Huidobro u Oliverio Girondo.