Giuseppe Baretti

La difícil situación familiar tras la muerte de su madre en 1735, el rápido nuevo matrimonio de su padre y su incipiente vocación literaria,[1]​ a la que se oponía su propio padre, llevaron al joven Baretti a abandonar la cosmpolita ciudad deTurín en 1737.

[4]​ Mientras tanto, Baretti escribía versos inspirados en los de los grandes autores de la tradición poética heroicómica, burlesca y satírica italiana, como Luigi Pulci, Francesco Berni, Ludovico Ariosto, Nicolás Maquiavelo, Anton Francesco Grazzini y Lorenzo Lippi.

Ambos se embarcaron en Lisboa en agosto de 1760 y realizaron un largo viaje por tierra a través de Portugal, España y Francia, del que Baretti dio cuenta detallada en forma epistolar (Lettere familiari a' suoi tre fratelli, Tomo I, Milano, Malatesta, 1762; Tomo II, Venezia, Pasquali, 1763).

[11]​ En Italia, a finales de ese año, y durante algún tiempo con su familia, Baretti acabó instalándose en Milán.

Baretti dio vida entonces a la innovadora revista La frusta letteraria (1763-1765), creando el personaje-máscara de Aristarco Scannabue, un ex-soldado convertido en editor; pero también fue censurada.

An Account of the Manners and Customs of Italy (1768), escrito para refutar los numerosos estereotipos encontrados en los diarios de los viajeros extranjeros, en particular el de Samuel Sharp, tuvo un gran éxito y fue apreciado por el propio rey Jorge III.

En 1786, en Speeches to John Bowle About His Edition of Don Quixote, Together With Some Account of Spanish Literature, Baretti señaló las deficiencias de la traducción inglesa y de la notas del Quijote (1781) realizadas por John Bowle, que criticó con fuerza y considerable precisión lingüística.

Baretti, viajero, cosmopolita, políglota, fue el primer intelectual europeo moderno de la lengua y la cultura italianas.

No es casualidad que el antifascista Piero Gobetti llamara a su revista de crítica literaria, fundada en 1924, Il Baretti.