Girolamo della Robbia (Florencia, 9 de marzo de 1488 – París, 4 de agosto de 1566) fue un escultor y arquitecto italiano que hizo carrera en Francia, hijo de Andrea della Robbia.
Fue el arquitecto del Castillo de Madrid, mandado construir por Francisco I a su regreso del cautiverio en Madrid (1527), más tarde abandonado y demolido.
Como ceramista, se mantuvo fiel a las tradiciones familiares de loza vidriada («terracotta invetriata») en la decoración de fachadas iniciadas junto a su hermano Lucas el Joven.
Una de sus piezas más valoradas es la «efigie funeraria» de Catalina de Médici, conservada en el Museo del Louvre.