En 1429 comienza su carrera política llegando a ser parte del grupo de los Dodici Buonomini.
Sin embargo, las diversas vicisitudes del reino de Nápoles lo llevaron a enemistarse con los Médici que lo mandaron al exilio en 1453.
Entonces se trasladó a Roma donde fue nombrado secretario pontificio del Papa Nicolás V y colaboró en la fundación de la Biblioteca Vaticana.
Luego, tras la muerte del Papa se trasladó a Nápoles donde sirvió al rey Alfonso V.
Sin embargo, su muerte le impidió llevar a cabo este trabajo: dejó solo la traducción de los salmos.