Santiago Alberione

[7]​ Poco después de nacido Santiago, la familia se trasladó a Cherasco.[9]​ De niño dijo en clase a su profesora, Rosina Cardona, que quería ser cura.[10]​ Su profesora se conmovió, ya que había rogado a Dios porque uno de sus alumnos fuese sacerdote.[17]​ Allí conoció a un profesor, el canónigo Francisco Chiesa, de 26 años, al que admiraba profundamente.[19]​ Chiesa fue director espiritual de Alberione desde el 1900 hasta 1946 e influyó en su pensamiento.Al principio fue como ayudante de un cura veterano, Luis Carosso, que se retiró posteriormente.Puso un cepillo para el «Pan de San Antonio» y prestó atención a los jóvenes que pasaban por la parroquia.[31]​ Para gestionar la labor, crearon un consejo en el que estaba Chiesa.[35]​ El obispo de Susa, José Castelli, le pidió a Alberione ayuda con un periódico llamado «La Valsusa».Algunas de las mujeres que trabajaban con Alberione se marcharon a editar aquel periódico.Compró una maquinaria mejor, que fue bendecida por el obispo en mayo de 1919, y más tarde la imprenta se trasladó a unas instalaciones mayores.En 1916 fundó la revista «Vida pastoral», que era enviada gratuitamente a los párrocos.[40]​ Fue a Turín con los jóvenes más expertos para editar el periódico «Il momento», ya que los obreros de la imprenta se habían puesto en huelga y habían desmontado las máquinas.[45]​ En febrero de 1922 el obispo Re le comunicó que en Roma se negaban porque no consideraban necesario una congregación para esa obra.[47]​ En 1923 enfermó gravemente y estuvo en peligro de fallecer, pero se recuperó.[48]​ Por estas fechas, Alberione dijo haber recibido del Divino Maestro, Jesús, las siguientes palabras, que se pusieron en las casas de la obra: "No temáis - Yo estoy con vosotros - Desde aquí quiero iluminar - Caminad en continua conversión".Tras esto, Laurenti apoyó la creación e informó al obispo Re.En 1931 se instalaron los Hijos de San Pablo en São Paulo, Brasil.[59]​ Ese mismo año las Hijas de San Pablo llegaron a Buenos Aires, Argentina,[60]​ y el paulino Borrano fue a Nueva York, Estados Unidos, donde fue recibido en la casa de los jesuitas.El obispo de Vitoria-Bilbao sí se mostró interesado y Costa fue a Bilbao, donde pudo instalarse y donde los paulinos realizaron algunas labores, pero cuando llegó la guerra civil española en 1936 los paulinos tuvieron que huir a Francia.[68]​ En 1939 Alberione decidió utilizar el cine para dar un mensaje cristiano.Le encargó esta labor al paulino Gregorio Delpologetto, que se puso en contacto con el director Goffredo Alessandrini y le habló de las andanzas del cardenal capuchino Guillermo Massaia en tierras de Etiopía en el siglo XIX.[69]​ Hubo cierta polémica con la película,[69]​ porque se consideró que justificaba la invasión italiana de Etiopía.Este le mostró su agradecimiento por la aprobación y el pontífice alabó la obra que estaban realizando.[74]​ En uno de estos viajes, también con Teresa Merlo, pasó por Turquía, Siria, India, Filipinas, Japón, Estados Unidos, Canadá, México y Portugal.[78]​ Ese mismo año los paulinos se instalaron en Colombia y Ecuador.[79]​ En Chile, los paulinos tuvieron una relación muy fructífera con el jesuita beato Alberto Hurtado, que les cedió dos librerías de la Sociedad Cultural Católica.Se estableció primero en Ciudad Juárez y luego en México Distrito Federal.El templo romano fue consagrado en 1954[87]​ y en 1984 fue elevada al rango de basílica menor.[83]​ El 28 de junio de 1969 el papa Pablo VI recibió en audiencia a la Familia Paulina y le entregó a Alberione la Medalla Pro Ecclesia et Pontifice.
Santiago Alberione saluda al papa Juan XXIII .
Basílica de Santa María Reina de los Apóstoles, en Roma.
Santiago Alberione con el papa Pablo VI .