Gestión pasiva

A través de los fondos índice no se elimina el riesgo de mercado, pero sí se evita la incertidumbre que gira en torno a si los gestores de la cartera van a superar el mercado.

En consecuencia este tipo de gestión seleccionará un grupo diversificado de títulos que cumplan con las especificaciones de riesgo deseadas por el inversor, lo que les llevará a mantenerlos en la cartera durante un tiempo bastante grande y así minimizar los costes de transacción.

[1]​ Las características básicas de un fondo índice son las siguientes:[2]​ También se pueden incluir dentro del concepto de gestión pasiva aquellas carteras o fondos creados con la finalidad de obtener una rentabilidad fija en un periodo determinado o bien una participación en la rentabilidad de un Índice.

Por su origen este tipo de fondos se conoce en España como fondos garantizados, aunque la existencia o no de una garantía nada tiene que ver con la política de inversión del fondo.

La gestión activa suele ser más cara que la pasiva al tener que costear el sueldo de un equipo de gestores dedicados a buscar las inversiones más adecuadas para el fondo para el que trabajan.