En 1917 Geers viajó a España y ejerció de tutor de los hijos del delegado neerlandés en Madrid.
Bajo el pseudónimo de Cayo Graco, colaboró en publicaciones socialistas tales como Nuestra Palabra y El Comunista.
A pesar de su inmunidad diplomática, y debido a su trabajo en casa del delegado, fue expulsado de España por sus «actividades subversivas».
Pionero del hispanismo, tradujo a Cervantes, Unamuno, Ortega y Gasset y Diez del Corral.
La tesis de Geers fue refutada por Emilio García Gómez en su artículo La lírica hispano-árabe y la aparición de la lírica románica (Al-Andalus, XXI (1956)) usando recientes descubrimientos.