Élisée Reclus redactó solo, en Suiza, la Nueva Geografía universal, publicada por Hachette entre 1876 y 1894,[2] que también fue ilustrada por su amigo el cartógrafo Charles Perron.
Le fue especialmente útil al Consejo federal suizo para el arbitraje del conflicto franco-brasileño o Cuestión de Amapá en 1900.
Esta obra hubo un gran éxito público, pero fue olvidada relativamente pronto porque se consideró como menor en la historia del pensamiento geográfico.
Al finalizar los años 1980, Roger Brunet se comprometió con la redacción de otra Geografía universal en el seno del GIP-RECLUS que fundó.
Beneficiada por la fotografía en color y los adelantos científicos, integra numerosas reflexiones conceptuales, como por ejemplo la utilización de coremas.