[2] El material de los objetos a introducir puede variar, desde la silicona hasta el politetrafluoroetileno, el titanio, el acero inoxidable, entre otros.
En la región de Bisayas se practicaba esta técnica en jóvenes varones, según la investigación del historiador precolonial William Henry Scott.
Existen dos procedimientos comunes, siendo uno muy similar al frenum piercing (un pirsin en el prepucio o frenillo del pene)[8] y el otro es parecido a la inserción de un implante subdérmico que requiere un conocimiento médico profundo acompañado de herramientas especializadas.
Cualquier tipo de procedimiento es relativamente seguro, aunque existen riesgos y complicaciones.
En algunos casos se puede contraer el VIH[10] por medio de las herramientas, también hinchazón, infecciones, traumas, alergias, defectos, entre otros.