[1] El dramaturgo y poeta vivió en Murcia hasta que se trasladó a Madrid, donde residió como mínimo desde 1613.
Además, en el año 1637 se editaron algunos de sus poemas en la Academia burlesca del Buen Retiro.
[20] Aun así, se siguieron editando (o incluso reeditando) comedias que ya habían sido representadas anteriormente, pero no publicadas, como es el caso de El familiar sin demonio (1647), La sentencia de firma (1652), etc.
En estas fechas, J. T. Medina supone que el autor murciano aún estaba vivo.
[21] Finalmente, Gaspar de Ávila murió seguramente antes de 1656, puesto que en esta fecha Antonio Enríquez Gómez, en el prólogo del poema Sansón Heroico, se refiere en pasado al dramaturgo, al que define como un autor inolvidable: “no olvido […] Gaspar de Ávila […] y otros muchos que con acierto grande escribieron comedias”.
[22] Así pues, el comediógrafo murciano murió alrededor de los setenta años.
[29] Grosso modo, son comedias de enredo, aunque hay algunas que también tratan otros temas.
Habitualmente los personajes principales son quienes conducen al enredo, aunque a veces este puede ser causado por los secundarios los cuales lo pueden hacer de forma intencionada o no,[30] pero en ambos casos la acción se resuelve con un final sorprendente aunque necesario.
[31] Además debe haber una relación amorosa que enreda aún más las cosas y siempre da un toque de realidad a los hechos mágicos e inimaginables que se explican.
Su objetivo es imitar a los humanos y sus acciones en la vida cotidiana, en la realidad, pero es una realidad que Lope define como “Guárdese de imposibles, porque es máxima que sólo ha de imitar lo verosímil”.