Fue el primero en describir el llamado mal de la rosa, enfermedad conocida actualmente como pelagra.
Se le dieron cuatro nombres, Roque, Francisco, Gaspar y Narciso.
Se especula que Casal dejó Madrid por problemas con la Santa Inquisición, o por quizás ejercer sin título de médico y ser descubierto.
En la obra se describen entre otras cuestiones, las enfermedades más frecuentes que observó durante su ejercicio profesional en la región, entre ellas la sarna, el asma, la lepra y el mal de la rosa.
La Fundación originalmente se creó para dar formación de postgrado a gestores clínicos.