Gallifa

Limita con la montaña de Sant Sadurní por el norte y el montículo del castell por el sur, situando el pueblo en un valle natural, dentro de la cuenca del río Besós.

Hay constancia del pueblo desde hace más de mil años.

Lo demuestran las cuatro ermitas románicas aún existentes, Sant Pere y Sant Feliu y de iglesia de Santa María del Castillo, así como los restos del castillo medieval sobre la montaña del Farell.

El gallo es el señal parlante tradicional referente al nombre del pueblo.

Está formado por una única entidad de población que contiene dos núcleos poblacionales.