Salvo las Azores, redescubiertas en 1427 y que Vallseca cartografía por primera vez de manera completa y correctamente ubicadas, las zonas extremas no forman parte del área portulana, sino que son incorporadas con diseños convencionales.[6] En definitiva, la originalidad de Vallseca radica en no estar sometido a las rigideces de un taller en concreto, tradicionalmente reacios a modificar el modelo tradicional, y por eso su obra se puede considerar la más actualizada del momento.Sus vicisitudes se pueden seguir a lo largo de la historia: En su dorso contiene una nota según la cual la habría comprado Amerigo Vespucci por ochenta ducados de oro a finales del siglo XV.En 1836 George Sand la observó, pero hubo un accidente con un tintero que la dejó manchada.Finalmente la carta fue vendida en 1910 al catalán Pere Bosc y Oliver, el cual a su vez la vendió al Institut d'Estudis Catalans en 1917, que la entregó a la Biblioteca de Cataluña, institución que finalmente en 1960 la dejó en depósito en el Museo Marítimo de Barcelona donde se encuentra actualmente expuesta.