[cita requerida] Tras haber completado sus estudios, cursando un año en París, aceptó ser juez de instrucción en Sarlat, su ciudad natal y alrededores, negándose a aceptar todos los ascensos que le proponían.
En 1900, fue elegido como miembro de la Academia de Ciencias Morales y Políticas, donde pudo dictar por primera vez cátedra, ya que nunca se le permitió entrar a la Universidad, en la que Émile Durkheim era la indiscutible estrella.
[2] En su sociología criminal, Tarde presenta a la sociedad como «un resultado», un producto de la vida social.
Sociabilidad o «imitatividad», porque el modo en que este devenir semejante tiene lugar se vincula a la acción social elemental de repetir un ejemplo.
Si esa diferencia es imitada, la invención será propiamente social, y se propagará en el medio.
Nunca una sola invención constituirá el único foco de radiación imitativa existente: habrá otros ejemplos que pueden tanto complementarla como neutralizarla.
En Tarde, cualquier costumbre actual (trabajo, violencia o negociación) fue copiada ayer y comenzó como «un germen exótico traído por un aire social».
En el delincuente, no hay déficit de socialización ni instintos antisociales: en nadie está tan presente la sociedad como en aquellos que se oponen violentamente a ella.
De acuerdo con las causas lógicas, habrá propagación delictiva siempre que exista una compatibilidad entre las características del ejemplo criminal y las tendencias y valores vigentes en el medio en que el individuo imitador se encuentra.
Puesto frente a dos innovaciones, un individuo imitará aquella que sea más acorde a los principios que ya se encontraban en él o ella en forma de hábitos y costumbres.
[10] Una condición extralógica para la propagación se vincula a la distancia psicológica existente entre imitador e imitado; el grado de influencia de un ejemplo será mayor cuanto menor sea la distancia psicológica que se tenga con él.
Es decir: para cada individuo, serán prioritarias las influencias presentes en su entorno inmediato, teniendo importancia en las ciudades modernas los medios de comunicación, las corrientes de opinión, los rumores o la conversación en lugares públicos y semipúblicos.
[13][14][15] En este sentido, la obra de Tarde permitiría hacer una lectura del presente soslayando las dificultades de los antagonismos individuo sociedad, posibilitando descripciones planas del mundo colectivo y hasta terciando desde la sociología en la disputa entre economistas neoliberales y neomarxistas.
En su libro Raízes do Brasil (1936), el historiador Sérgio Buarque de Holanda cita a Tarde; en Chile, Alberto Edwards también lo menciona.