Gabriel Gerberon

Estudió la teología en el monasterio de San Miguel y fue elevado al sacerdocio en 1655.

Allí se entregó con celo al ministerio pastoral al mismo tiempo que se dedicaba a la literatura jansenista y allí publicó su Espejo de la piedad cristiana imbuido en los principios de un jansenismo exagerado, censurado por muchos prelados y defendido por él con extremada tenacidad.

Esto bastó para despertar la atención de los que no podían ser indiferentes a la invasión de una doctrina falsa y peligrosa, a la vez que el ardiente polemista se perjudicaba más aún con los inconvenientes juicios que se permitía emitir contra los adversarios del jansenismo por lo cual sus superiores deseando evitar fatales consecuencias le enviaron a Argenteuil en 1672 y después a Corbie en 1675.

Solo la última parte era suya; las otras dos pertenecían a Dom Delfano aun cuando esta participación de Gerberon no fue conocida desde luego.

Quesnel mantenía una correspondencia secreta, que se extendía por toda Europa; Gerberon escribía libros en los que se ensañaba sin respeto alguno contra el Papa, los obispos y los fieles católicos, alcanzando también su cólera al arzobispo de Malinas, cuando este se declaró a su vez contra los jansenistas.

Por lo demás, la información no hubiera tenido otro objeto que proporcionar la fuga a Gerberon, como lo probó muy pronto la de Quesnel, preso al mismo tiempo que Gerberon, aunque con menos miramiento.