Fundición de Santo Tomás (Almería)

Así describe la Revista Minera su inauguración:[1]​ Tras poner en marcha la Fundición de Santo Tomás, la familia Heredia se consolida como primera exportadora de plomo, desbancando a los Figueroa.

Las fundiciones de los Heredia contaron siempre con avanzada tecnología que les permitía competir con empresas extranjeras.

No obstante, su producción nunca llegó a despuntar, manteniéndose hasta la década de los 80 del siglo XIX en una media de 1.000 marcos anuales.

[2]​ En pleno barrios de La Chanca, solo queda en pie la chimenea cuadrada de ladrillo rojo que se divisa al entrar en la ciudad de Almería por la carretera del Cañarete, según se viene desde Aguadulce a la izquierda.

Además, cerca ya de la autovía del Mediterráneo se ubican los restos de dos chimeneas circulares y sus galerías de condensación, en las que se enfriaban los gases y en cuyas paredes se condensaba el plomo.