Función poética es el término con el que el lingüista Roman Jakobson designó en 1959, en el contexto de su explicación de cuáles son los factores involucrados en la comunicación verbal, la cualidad que tienen aquellos mensajes lingüísticos cuando se orientan de forma relevante, pero no única, hacia su propia forma.
Luego, en 1934, en su ensayo «Qu'est-ce que la poésie?», indicaba que, tratándose de la lengua literaria, la palabra se sentía también como tal palabra y no solo como elemento para designar lo nombrado.
Finalmente, durante la clausura de un Congreso sobre «Estilo del lenguaje», celebrado en Indiana en 1959, pronunció una conferencia titulada «Lingüística y Poética», de singular importancia teórica para la poética lingüística, pues convirtió su tesis de la «función poética» del lenguaje en un concepto central.
En dicha conferencia, tras repasar los seis factores que intervienen en cualquier acto de comunicación verbal, Jakobson los asocia con las respectivas funciones, que vienen determinadas por los mismos (según un orden jerárquico), pero que no son exclusivos de cada uno de ellos.
Así establece que el medio del que hace uso la lengua literaria para atraer la atención sobre la forma del mensaje es la «recurrencia», esto es, la insistencia en lo ya dado a través de recursos tales como el paralelismo gramatical.