Todas estas fuerzas no alcanzaban un número de soldados muy grande (en comparación con los que disponía Gran Bretaña o EE.
UU.) pero la situación empezó a cambiar cuando en noviembre de 1942 tropas estadounidenses desembarcaron en las colonias francesas de Marruecos y Argelia y lograron que sus guarniciones respectivas se adhirieran a la Francia Combatiente (a partir del 13 de julio de 1942, la Francia Libre pasó a ser denominada Francia Combatiente).
El desembarco de Normandía permitió que los franceses libres (cabe destacar que, "Francia Libre" y "Fuerzas Francesas Libres" se emplean a menudo para referirse al mando político y a las fuerzas militares de Francia en el exilio) entrasen en contacto con los maquis de la Resistencia francesa y estos últimos empezaron a ser fusionados desde julio de 1944 en las FFI formando unidades combatientes de mayor tamaño, sujetas a disciplina propiamente militar, y bajo la dirección de oficiales profesionales.
Esta decisión no fue inmediatamente popular en vista que muchos miembros del maquis no estaban acostumbrados a la disciplina militar, a que varias partidas de guerrilleros insistían en la obediencia a sus carismáticos jefes directos antes que a un abstracto cuerpo de oficiales, y también porque varios grupos de maquis (sobre todo comunistas y socialistas) deseaban ser dirigidos solo por oficiales de su misma ideología para así mantener su "identidad" partidaria en vez de fusionarse con tropas que carecían de ella.
Tales objeciones fueron rechazadas por De Gaulle en vista de la urgente situación militar y la militarización progresiva del maquis continuó avanzando hasta formar las FFI: los guerrilleros que se negaron a ello debieron entregar las armas y volver a la vida civil.