Dicho elemento hay que suponerlo tan antiguo como el propio uso de la Alameda de Cervantes, nacida como dehesa boyal de pasto, uso que se mantendría en parte hasta el primer tercio del siglo XX.
El abrevadero y la fuente se situaban, como ahora, al final del paseo y jardines de la zona baja de la Dehesa.
Estos jardines que están ordenados sobre la base de una serie de parterres y ejes, fueron reformados en los años 40 del siglo XX y son herederos de la disposición que tenía el jardín en el siglo XIX según se puede observar en los mencionados planos.
Cumplida su función y tras la conversión completa de la dehesa en parque, el abrevadero se transformó en fuente ornamental con un surtidor central que alcanzaba unos dos metros de altura.
La Fuente del Estanque, muy sencilla, estaba formada por un vaso con pretil mixtilíneo de arenisca con un surtidor vertical colocado en el centro y que se elevaba unos dos metros.