Las fuentes X ultraluminosas fueron descubiertas[1] en 1980 con el detector espacial Einstein y posteriormente estudiadas con ROSAT.
Se han realizado importantes avances gracias a las mejoras en resolución angular y espectral de los detectores espaciales XMM-Newton y Chandra.
Generalmente se asocian a binarias de rayos X.
No pueden sin embargo ser convencionales porque su luminosidad excede el límite de Eddington.
Estos objetos no pueden existir o deben de ser inestables.