Estuvieron de acuerdo en que «Palestina» iba a ser designada como un «enclave internacional».
Se convino en que Palestina y el vilayato de Mosul (en el actual Irak) serían parte de la esfera británica a cambio del apoyo británico a la influencia francesa en Siria y el Líbano.
[5] Dicho esto, el artículo 25 del acuerdo de 1920 contenía una disposición que posibilitaba que el territorio al este del Jordán fuese posteriormente excluido de la Declaración Balfour.
Ese acuerdo colocó la mayor parte de los Altos del Golán en el ámbito francés.
El tratado también estableció una comisión conjunta para resolver los detalles precisos de la frontera y delimitar el terreno in situ.
El mandato también declaró que Gran Bretaña podría «posponer o suspender» la aplicación de las disposiciones relativas al «Hogar Nacional Judío» en el territorio al este del río Jordán, entonces llamado Transjordania.
Al mismo tiempo, las Naciones Unidas no tenían que considerar la legalidad de la frontera entre el Líbano y los Altos del Golán controlados por Israel, ya que no era necesario para el propósito de la Resolución 425.
El gobierno libanés se negó a tomar parte en la demarcación de la frontera.
El cartógrafo oficial de las Naciones Unidas y su equipo, asistidos por la FPNUL, trabajaron en región para crear una línea que se adoptará para los propósitos prácticos de confirmar el retiro israelí.
Mientras que esto no era una frontera formal, la intención era identificar una línea en la zona conforme a los límites internacionalmente reconocidos de Líbano, basados en la mejor evidencia documental y cartográfica.
La Línea Azul determinada por las Naciones Unidas en 2000 como la frontera entre el Líbano e Israel, desde el Mar Mediterráneo hasta el río Hasbani, se aproxima mucho a la Línea Verde establecida en el acuerdo de armisticio de 1949 entre el Líbano e Israel.
Un oficial francés, en 1939 manifestó que esa incertidumbre acarrearía problemas en el futuro.
Luego, en 1946, cuando el Mandato Francés terminó, el territorio fue administrado por Siria, y representado como tal en mapas de la época.
No solamente en las Granjas Shebaa, en varias aldeas fronterizas ocurrieron discrepancias entre los límites impuestos por la administración y los establecidos por los propietarios de tierras.
Muchos residentes locales se consideraron a sí mismos como libaneses.
El gobierno sirio ejerció efectivo control sobre el área hasta la Guerra de los Seis Días.
Este tratado resolvió disputas territoriales y fronterizas vigentes desde la guerra de 1948.
Para esto último, el acuerdo requiere que la demarcación use una representación distinta, y que rece lo siguiente: «Esta línea es el límite administrativo entre Jordania y el territorio controlado por los Israelíes desde 1967.
En aquella época, el ramal de Aqaba del ferrocarril de Hejaz aún no había sido construido, y los otomanos no tenían acceso al mar Rojo.
Los británicos tenían también interés en que la frontera fuera lo más corta posible y muy fácil de patrullar, por lo que en las negociaciones no tomaron en cuenta las necesidades de las poblaciones locales.
Una disputa surgió sobre la demarcación de la frontera en su punto más meridional, en Taba.
[18] El Plan proponía acabar con el Mandato Británico de Palestina y partir Palestina en dos Estados independientes, uno árabe y otro judío, con un régimen internacional especial para la ciudad de Jerusalén.
[19] Al día siguiente, los ejércitos árabes marcharon sobre lo que había sido hasta entonces el territorio bajo mandato británico.
Tras unas negociaciones entre Israel, Egipto, Líbano, Transjordania y Siria, y bajo supervisión internacional, los acuerdos del armisticio de 1949 acordaron delimitaciones basadas en la línea del alto el fuego con algunos ajustes menores, conocida como la Línea Verde.
Durante la Guerra de los Seis Días de 1967, Israel conquistó Cisjordania quitándosela a Jordania, conquistó la Franja de Gaza y la península del Sinaí a Egipto, y los Altos del Golán a Siria, y colocó estos territorios bajo ocupación militar.
La Línea Verde constituye la frontera disputada de Israel con los territorios palestinos.
Estos la rechazaron en su mayoría y son considerados como residentes permanentes de acuerdo con la legislación israelí.
Según la organización israelí por los derechos humanos Hamoked que tuvo acceso a documentos del ministerio israelí de Interior gracias al Freedom of Information Act (Ley por la Libertad de la Información), si estos palestinos viven en el extranjero siete años, o consiguen ciudadanía o residencia en otro país, pierden su residencia israelí.
No es reconocida por la Comunidad Internacional por lo que ningún país tiene embajada en Jerusalén, sino en Tel Aviv.
La propuesta fue rechazada por el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu y por el presidente palestino Mahmoud Abbas.