Fritz Thyssen

Durante la Primera Guerra Mundial, los Thyssen, especializados en el acero, producían armas y municiones para el ejército alemán.

Su hermano menor Heinrich decide irse de Alemania y emprender negocios por su cuenta (más tarde se casará en Hungría con la baronesa Margarita Bornemisza, dando así origen a la rama de los barones Thyssen-Bornemisza).

Thyssen nuevamente se enrola en el ejército en 1914, pero rápidamente es dado de baja por su condición pulmonar.

En 1923, Thyssen se reunió con el antiguo General Erich Ludendorff, el cual le recomendó asistir a un discurso de Adolf Hitler, líder del partido "nazi".

Thyssen quedó impresionado por Hitler y su drástica oposición al Tratado de Versalles, tras lo cual comenzó a realizar importantes donaciones de dinero al partido, incluyendo 100 000 marcos oro en 1923 para Ludendorff.

En este aspecto se diferenció del resto de empresarios, en su mayoría conservadores que miraban a los nazis con sospechas.

Con las Machtergreifung (toma del poder nazi), sin embargo, Thyssen comenzó a tener dudas.

Hacia 1939 fue duramente crítico con las políticas económicas del régimen, que se subordinaron al rearmamento en preparación a la guerra.

Thyssen aceptó responsabilidades por los malos tratos ejercidos por sus compañías contra los judíos en los años 30, aunque se negó a involucrarse en el empleo de esclavos durante la guerra.

En enero de 1950 migra con su esposa a Buenos Aires, donde fallece al año siguiente.