Como el negocio no es rentable, Henri decide probar con un baile pasado de moda, el cancán, inaugurando un nuevo establecimiento, el Moulin Rouge.
La rivalidad estalla entre Nini y Lola, y una serie de eventos se desencadenan en los días previos a la inauguración del famoso cabaré que, luego, continúa con éxito.
Evocación nostálgica del ambiente artístico parisino finisecular, French Cancan supuso para Renoir la ocasión de hacer una película de intención popular, acercarse nuevamente al universo paterno mediante el uso experimental del color y reencontrarse con el actor Jean Gabin: Pintoresca estampa de época cuidadosamente reconstruida en función de la pictórica característica del famoso impresionista Auguste Renoir.
Se presentan con desenfado la vida y costumbres licenciosas de la época.
La interpretación y los encuadres fotográficos son los valores estéticos fundamentales de la película.